ANTECEDENTES
A lo largo
del tiempo, las personas han buscado formas de mejorar su movilidad y bienestar
físico. Desde deportistas hasta quienes realizan actividades diarias que
requieren esfuerzo, el cuerpo necesita cuidados especiales para mantenerse en
óptimas condiciones.
Las soluciones tradicionales, como vendajes, soportes textiles y cremas de aplicación tópica, han sido ampliamente utilizadas, pero presentan ciertas limitaciones. Muchas opciones requieren aplicaciones constantes, contienen ingredientes sintéticos o dependen de fuentes externas de energía para funcionar.
El uso de
la terapia térmica, con frío o calor, ha demostrado ser eficaz para problemas
musculares y articulares, sin embargo, muchas compresas térmicas son
desechables o requieren energía térmica externa, lo que limita su practicidad y
sostenibilidad.
Por otro
lado, la tecnología de microencapsulación, aplicada en la industria cosmética y
farmacéutica, ha permitido la liberación progresiva de ingredientes activos en
la piel. A pesar de su efectividad, esta tecnología no se ha aprovechado en
textiles de uso cotidiano, lo que abre una oportunidad para su integración en
productos innovadores.
Con base en
estas ideas, surge la necesidad de desarrollar una rodillera ecológica y
sostenible, que combine materiales cómodos con tecnologías naturales y
reutilizables para reducir el impacto ambiental.



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